¡Menudo saltamontes!


Habitan en prados, bosques, montañas, zonas acuáticas, piedras y troncos caídos. Se les distingue por el particular chirrido (estridulación), que emiten al frotar sus patas traseras o sus alas contra el abdomen. Son parientes de los grillos y aunque son bastante parecidos, los saltamontes tienen antenas delanteras más cortas, sus articulaciones comprenden menos segmentos y miden entre 3 y 15 centímetros.


El cuerpo de los saltamontes se divide en cabeza, tórax y abdomen. La cabeza, de gran tamaño y con capacidad de movimiento, apoya las antenas, los ojos y la boca, que es bastante potente a la hora de masticar. De su tronco se desprenden cuatro alas. Las delanteras son gruesas y cubren las traseras, pero hay variedades que tienen aletas cortas y otras que incluso carecen de ellas. Poseen seis patas. Las dos frontales suelen tener espinas, y las posteriores, al ser de mayores dimensiones, son empleadas para saltar.


Los saltamontes se nutren principalmente de hojas, hierba y vegetales pero hay algunos que se alimentan con insectos más pequeños. Son selectivos a la hora de escoger lo que se llevarán a la boca. Utilizan las papilas gustativas que disponen en sus antenas para analizar lo que engullirán. Si comprueban que el producto es realmente apto para ellos, lo devoran con sus fuertes mandíbulas.


Las épocas de mayor reproducción de los saltamontes son en primavera y en verano, y se dice que una hembra puede arrojar entre mil diez mil huevos.



Algunas especies de saltamontes ponen sus huevos dentro de la tierra